Continuamente nos planteamos objetivos... “voy a ponerme en forma” “tengo que desarrollarme en el área laboral” “quiero cambiar de trabajo” “ahora sí que sí, me pongo en serio con el gimnasio” ¿Os suena esto?
Muchas veces nos proponemos objetivos, sin embargo ¿Cuántas veces han sido logrados? Una vez logrados, ¿habéis sido capaces de mantenerlos?
Hoy os propongo algunos tips para lograr llegar a una meta satisfactoriamente y poder mantener estos objetivos.
- ¿Cuál es el objetivo que quiero conseguir? Describir el objetivo general que nos hemos propuesto va a ser el primer paso. ¿Qué quiero conseguir?
- Lo segundo sería buscar estos objetivos intermedios o los llamados objetivos de realización ¿Qué necesito para conseguirlo? ¿Tengo todo lo que necesito? ¿Tengo que mejorar algo?
- Una vez respondidas estas preguntas, nos pondríamos unos objetivos intermedios, de forma progresiva, es decir, de más fácil a más complejo. Ir aumentando la dificultad de los objetivos intermedios favorecerá mantener la motivación durante este camino.
- Es importante tener en cuenta que estos objetivos progresivos e intermedios que nos vayamos poniendo deben ser lo más inmediato posible. ¿Día a día que puedo hacer para conseguirlo? ¿Cómo sabré si hoy he cumplido el objetivo?
Una vez conseguido, no debemos descuidar el mantenimiento de estos objetivos, para ello debemos establecernos frecuentemente preguntas como ¿Qué quiero? ¿Lo estoy consiguiendo? ¿Puedo mejorarlo? ¿Cómo?
Finalmente es importante no descuidar nuestras verbalizaciones. Muchas veces somos nosotros mismos los que nos ponemos “piedras” en este camino, llevando a cabo el abandono de estos objetivos. Por ejemplo, son frecuentes verbalizaciones como “no lo conseguiré nunca” “todo lo que llevó y me queda muchísimo aún” “no valgo para ello”.
Es fundamental, en primer lugar, ser conscientes de los pensamientos que estamos teniendo y hacer el esfuerzo de ir ajustándolos por otros más adaptativos que nos faciliten seguir satisfactoriamente este proceso: anticipar los resultados positivos al conseguirlos, los beneficios... o “es un proceso duro, pero lo estoy consiguiendo” “a pesar de la dificultad me sentiré genial cuando lo consiga” ...
Y, sobretodo, valorar día a día estas mejoras, premiarnos y reconocer nuestro trabajo. Lo importante siempre es la dirección del camino y no la rapidez para poder consolidar un proceso adecuado.